El jardín de la nostalgia.

Existe un lugar un enorme jardín, sin flores, sin personas. Es una gran extensión, cubierta de pasto y con árboles dispersos.

¿Dónde está? No lo sé y sin embargo, en algún momento de mi vida, sin mapas o estrellas que me sirvan de guía, mis pasos me llevarán a él.

En algunas ocasiones es  un camino que se recorre con un lento andar, un sendero lleno de esperanzas cumplidas y sueños alcanzados. Un camino tranquilo, en el que cada paso se da sin miedo, sin angustia, porque no se dejan atrás páginas en blanco, no se guardan palabras sin compartir, ni llevo añejos rencores.

Pero a veces, un sorpresivo golpe me impacta sin posibilidad de defensa, abriendo de manera repentina un atajo que me lleva, sin desearlo, a ese lugar. La pérdida abrupta de alguien tan cercano que mi alma queda herida. Un vacío que me deja sin espacio de serenidad, sin esa paz que encontraba a su lado cuando la necesitaba. Dolor causado por una tonta idea: seguramente regresará su sonrisa algún día acompañado por la triste realidad de que jamás la volveré a ver. Una herida sin razones, causada por una muerte que no acepta tregua ni espera.  Un desgarre en el alma que  me lleva, sin desearlo, al jardín de la nostalgia.

Recuerdos, pasos, árboles, horizontes lejanos; ahí estaré, con una dispersa y confusa mezcla de sentimientos, mezcla tan compleja que no tendría manera de definir exactamente que sucede. Sentimientos de toda una vida acumulados en un solo lugar tan vasto que jamás podré recorrer esos pastizales completamente. El  jardín que será distinto cada vez que ponga mis pies en él porque en cada ocasión el camino será diferente, me llevará a otro lugar del mismo jardín, pero en donde existe la manera de aliviar el dolor y con tiempo para encontrar de nuevo la alegría extraviada en una repentina burla de la vida.

Tengo la fe de que, en cada visita,  pueda encontrar algunas piezas perdidas del rompecabezas de la muerte,  de mi futura muerte; piezas que me  ayuden a entender  las profundas razones de la existencia del jardín de la nostalgia.

Y al final, en ese lugar, siempre me asalta una egoísta y estúpida pregunta: ¿Quién llegará a este jardín pensando en mí?…

Publicado por

Emilio Mendoza

Soy poeta y escritor autodidacta, sin ningún curso formal o informal de literatura o letras. Autor del libro “Distraer al destino y otros relatos” y de libro de poemas “Rastros de tinta”. Soy colaborador recurrente del diario digital Avenida Digital 3.0, del diario Bajío Shimbun, de la revista cultural Replicante y de la revista Fanzine Oaxaca.

2 comentarios en «El jardín de la nostalgia.»

  1. Me ha gustado mucho tu escrito. Felicidades, sigue adelante que eres bueno en esto, tienes sensibilidad que es lo más importante, tanto para los escritores como para las personas en general. ¡Suerte!

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